Acompañar(nos) desde el sentir

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Por María Ana Nieto y Catalina Escudero Romano*

 

Sabrán
que un par
es par
si sabe ser el lugar.
(…)
Sabrán
Un mundo nuevo empezar
Soñar el verbo fundar
Fundar el verbo soñar (…)
Pedro Aznar

 

En un contexto donde prevalecen valores como el individualismo, la meritocracia, entre otros tantos que nos encierran; donde predomina el aumento de las desigualdades debido a la crisis económica y sociosanitaria, que se traduce en mayor deserción estudiantil en nuestra universidad pública, es que construir redes desde adentro, desde y para les estudiantes se torna una necesidad. En este escenario, la puerta del aula se transformó en un link y las caras de nuestres compañeres  en burbujas mudas de letras y colores. Hoy no podemos pensar el derecho a la educación (ejercido de manera precaria) disociado del acceso a la tecnología y a la conectividad virtual. La virtualidad se establece como mediadora ambivalente: se vuelve  herramienta y a la vez limitación. La duplicación de tareas: somos trabajadorxs, madres, padres, estudiantes, familiares; las horas del día no alcanzan para tantas actividades -mucho menos para pararse a sentir-. Se trata, entonces, de una conexión que nos desconecta, de nuestra propia emocionalidad y la del otre.

Acompañar entre pares significa iniciar un proceso interminable y constante, que se estira como chicle, denso y pegajoso, y se adhiere hasta hacerse parte de cada une y de las instituciones que construimos significando espacios. Poder pensarnos como sujetes actives en la construcción de este entramado de redes, en la construcción de nuestra trayectoria universitaria de manera plural y colectiva es un desafío y una respuesta política. El acompañamiento entre pares nos acerca entre tanta lejanía e  individualidad, nos permite  forjar comunidad: nos acompañamos.

En primera instancia, acompañar es transformativo. Transforma relaciones, nos acerca a nuestres compañeres, a todes les actores que habitan la universidad; transforma nuestra manera de verles y de vernos a nosotres mismes, nos acerca a otras realidades existentes y posibles. A partir de esa lucidez, nos invita a transformar la vida institucional que transitamos para re-hacerla junto a estas otras realidades que vimos y sentimos. Nos posicionamos desde el sentir, porque en cada diálogo con compañeres el acompañamiento traspasa la pantalla y lo académico, se convierte en una suerte de abrazo y escucha contenedora.

Al emprender la tarea de acompañar(nos) como pares, pudimos vincularnos con compañeres que acceden a la Universidad Pública desde los Centro Regionales de Educación Superior, atravesados por una complejidad institucional particular. A partir de ahí nos sacudimos, nos interrogamos: ¿qué implica habitar la universidad? ¿Cómo transitamos la trayectoria académica en la virtualidad? ¿Cuáles son los márgenes que nos quedan para compartir desde el encuentro, la horizontalidad, lo emocional, lo afectivo, cuando las carreras a término1 nos proponen una formación académica lineal sin interrupciones? Quizás nos queda pendiente la asignatura de los sentipensares, del error, de lo irracional, de lo desordenado, lo caótico.

¿Hoy cómo aprehendemos a aprender de la palabra, experiencia y sentir de otres? Retroalimentación que creemos actúa como condición de posibilidad para lograr la transformación de la Universidad como la queremos. Acompañar entre pares es un espacio que decidimos construir y que nos ofrece los hilos para tejer una trama institucional en la que el horizonte sea una educación sensible, efectivamente pública, inclusiva,  emancipadora y al servicio de la transformación social.

1La particularidad de las carreras a término radica en que el cursado de la carrera sólo se dicta en el tiempo que establece el plan de estudios, sin la posibilidad de recursar las asignaturas. La Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales se ofrece en los Centros Regionales de Educación

* Estudiantes de 4to año de la Licenciatura en Trabajo Social.

Noviembre de 2020.