Mujer, trabajo(s) y pandemia

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Por Carolina Magnani*

Este escrito se enmarca en la práctica pre profesional que junto a dos compañeras venimos realizando desde principio de año, con un grupo de mujeres trabajadoras madres y no madres, que participan directa e indirectamente del espacio socio comunitario Cooperativa La Esperanza y Casa Abierta Cerro Norte.

En el actual contexto de pandemia por COVID-19, las mujeres que habitan el territorio han manifestado una sobrecarga de trabajos en relación a cuidados que “deben” brindar a sus familias, y una ausencia total de tiempo libre. O el tiempo libre asociado a otros trabajos domésticos.  Si bien, cabe aclarar que la situación de ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio), agudizó las desigualdades pre existentes, tanto sociales como de género, al interior de los hogares/ unidades domésticas, y en la sociedad toda.

Frente al cierre de las escuelas y espacios de cuidado, nos cuentan que estas tareas se volvieron un factor más relevante en sus hogares, aumentando las horas necesarias para cubrirlas. Que históricamente, y con anclaje en la división sexual del trabajo, los trabajos vinculados con lo doméstico-reproductivo fueron establecidos como labores femeninas. En la actualidad, más allá de que la participación laboral remunerada de las mujeres se haya medianamente modificado, la responsabilidad de los trabajos de cuidado y su desarrollo continúa recayendo en las mismas manos. Madres, abuelas, hermanas, tías, vecinas y amigas son quienes encarnan y sostienen los innumerables trabajos de cuidado que son necesarias para llevar adelante los hogares y el bienestar de sus integrantes. Por lo que, aún continuamos reproduciendo las históricas e invisibles, pero contundentes leyes del patriarcado.

Es pertinente aclarar que la responsabilidad de las tareas de cuidado que recae sobre las mujeres no es uniforme para todas, más aún en contexto de pandemia, la situación socioeconómica, la edad, la condición formal/informal del empleo, la accesibilidad geográfica, el nivel de estudios, la nacionalidad, entre otras condiciones, impacta de manera diferencial en la posibilidad de distribuir cuidados en el interior de los hogares, acceder a servicios públicos de cuidado y, sobre todo, comprar servicios en el mercado.

Por otro lado, el pensar en cómo serían sus vidas si al menos realizarán la mitad de los trabajos que hoy llevan adelante, surgieron varias cosas, entre ellas, la educación, algunas volverían a estudiar, y/o realizar cursos de oficio. Otras fueron en relación a la recreación y esparcimiento. Por lo que resaltar la importancia de la recreación como una necesidad no es algo menor, que en definitiva crear, recrear y recrearse serán sinónimos de la lucha por conquistar una vida libre de sobrecarga de trabajos en relación a la condición de género y más igualitaria. Y resaltar la importancia y el valor que este grupo de mujeres le asigna al espacio socio comunitario, ya que es allí donde encuentran un espacio de escucha, contención y asistencia es muy significativo.

Por último, esta experiencia se vio enteramente virtualizada y limitada en varios aspectos, pero se llevó adelante con gran éxito, por haber podido escuchar las voces de este grupo de mujeres, por lo que ha sido un proceso de mucho aprendizaje y, sobre todo, colectivo.

 

*Estudiante de 5° año de la Licenciatura en Trabajo Social – FCS