Por María Belén Trecco
Soy estudiante del último año de la carrera Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Además, soy nieta y una persona envejeciente. Esto mismo es lo que me interpelo para pensar y expresarme en torno a la vejez en este marco actual. La mirada gerontológica me permite mirar no solo a mis abuelos sin la carga negativa que se le asigna socialmente por ser viejos sino, además, sentirme interpelada por el mensaje que trasmiten los medios frente al Covid-19 cuando se refieren a este grupo específico, que pareciera no es violento con los jóvenes, pero sin embargo sí lo es: si logramos dimensionar que el envejecer no es opcional sino algo inevitable de la biología humana, concluiríamos que nos termina “golpeando” a todos. En relación a lo anterior, me identifico como persona envejeciente, como dí cuenta al comienzo de este apartado.
La medida tomada en la Legislatura de Córdoba en el presente año en relación a la reforma jubilatoria, no solo afecta de manera directa (y “exprés”) a mis abuelos si no que contribuye a un futuro que no me valore y tenga en cuenta a mis pares y a mí. A pesar de que hoy es una realidad que no me toca de cerca como joven considero que debemos entender que la vulneración de derechos a las personas mayores nos afecta a todos como sociedad. Una sociedad qué, siguiendo como referencia a la ONU, es una poblaciones envejecidas, ya que, más del 10% de su población tiene más de 60 años. Es así que, la discriminación a los viejos existe y nos afecta como cuerpo social e individualmente tarde o temprano.
El siguiente ensayo es mi trabajo final del seminario Gerontología dictado en el primer cuatrimestre del presente año. Mi motivación fue pensar “la vejez desde la mirada gerontológica en tiempos de pandemia” como un analizador natural de los discursos políticos, que surgieron en el país como en el contexto internacional, lo cual me permitió develar lo descalificada que se encuentra la vejez en la actualidad como en gran parte del mundo. Como además, dar lugar a los interrogantes para poner en tensión esta forma de pensar y actuar en torno a la tercera edad. Asimilando que la vejez no me es ajena. Por eso, tengo el sano convencimiento de que hay que trabajar para la re significación de los grupos que hemos catalogado como vulnerables, y permitirles habitar la calles, los debates y demás espacios que amplíen su ciudadanía.
La vejez desde la mirada gerontológica en tiempos de pandemia