Las escuelas secundarias técnicas ante la pandemia

Volver a Jóvenes en cuarentena

Por Verónica Millenaar*

La pandemia del coronavirus produjo una situación excepcional sin precedentes en la educación de todo el mundo. Las medidas de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, dispuestas desde el mes de marzo de 2020, generaron, en la comunidad educativa, la necesidad de adecuarse a toda velocidad al nuevo escenario, a partir del cual docentes, directivxs y alumnxs debieron adaptarse a la nueva condición de una educación sin clases presenciales.

Dentro de este marco de enorme complejidad, las escuelas secundarias técnicas, a las que asisten 682.699 jóvenes en todo el país (RA-MECyT, 2018) decidieron, no sólo continuar con la formación a través de la virtualidad, sino también asumir un importante rol, en el marco de sus contextos locales, ante las necesidades más urgentes de la pandemia. Si bien son varios los medios de comunicación que han puesto a la luz las experiencias de estas escuelas, en general la opinión pública desconoce el trabajo que estas comunidades educativas han realizado y siguen  realizado, al modo de “un aporte silencioso”. La intención de este escrito es contribuir a que las experiencias de la modalidad técnica puedan conocerse, recopilarse y -por qué nocelebrarse en el marco de una historia cargada de vaivenes. A pesar de haber transitado diferentes momentos en nuestra historia, la educación técnico-profesional nunca ha dejado de constituirse en un espacio de enormes aprendizajes para las juventudes que eligen este camino
de formación y también en una contribución al desarrollo productivo del país.

No debe olvidarse que la modalidad técnica tiene una larga tradición en la Argentina, y su historia acompaña, en general, el desarrollo económico y productivo. Por eso, su surgimiento y consolidación se asocia con las diferentes etapas de la industrialización; y, a la inversa, su desfinanciamiento y debilitamiento institucional, también se asocia con los períodos de desindutrialización y apertura comercial y financiera. Se trata de una modalidad que tiene por
horizonte la vinculación con el mundo del trabajo. En el marco de su recorrido histórico, cabe resaltar que Ley 26058 de Educación Técnico Profesional del año 2005 logró encuadrar, reordenar y regular la modalidad, y permitió también asignarle fondos específicos. Ello contribuyó a orientar la política educativa hacia su fortalecimiento a través de equipamientos y actualización tecnológica en las instituciones; y permitió, más recientemente, que se equiparan las escuelas secundarias técnicas con impresoras 3D y otros elementos de alta tecnología, que se  convirtieron en una oportunidad valiosa en el presente para resolver demandas urgentes ante la propagación del Covid-19.

Así, desde hace unos meses, muchas escuelas técnicas del país de diferentes jurisdicciones (y también Centros de Formación profesional e Institutos técnicos de nivel superior) se han organizado para producir diferentes insumos de primera necesidad en el sistema de salud para afrontar la pandemia, con los equipamientos presentes en las instituciones y con los saberes que cuenta la comunidad educativa de la modalidad. Se han producido máscaras de protección sanitaria y unidades de alcohol satinizante y en gel, se han fabricado cubre-camillas protectoras
y se han producido otros dispositivos de alta tecnología, como termómetros digitales y monitores de oxígeno en sangre computarizados. En general, este proceso surgió a partir de la organización interna en los establecimientos, la postulación voluntaria de docentes y directivxs y la intensa vinculación con diferentes actores de la comunidad (municipios, hospitales, empresas y organizaciones de la sociedad civil) a partir de las cuales se consiguieron los insumos necesarios para la fabricación de estos elementos, y la capacitación relacionada con proceso de producción de los mismos. Si bien en la mayoría de los casos, lxs alumnxs no participan de la producción en sí (aunque se destaca que, en algunas jurisdicciones, como en Buenos Aires, egresados y egresadas se han involucrado también como voluntarixs) ellos y ellas han participado de todo el proceso, por ser parte de la comunidad educativa de los establecimientos.

En muchas escuelas, se ha acompañado esta producción con clases específicas sobre la fabricación de estos elementos, con la realización de material audiovisual y con reflexiones sobre las respuestas de las escuelas técnicas en relación a las necesidades de la comunidad.

Así, los y las estudiantes de estas escuelas han participado de una experiencia significativa en su formación, que les permite evidenciar cómo los saberes técnicos y sociales adquiridos en la escuela se vuelcan de manera beneficiosa en los entornos comunitarios. Esto exige vínculos y diálogos con actores de otras áreas (del mundo del trabajo, del mundo de la salud), que generan sinergias beneficiosas. No se trata únicamente de contar con el “saber hacer” técnico, sino también con aquellos saberes que permiten organizarse, comunicarse y entenderse entre actores que a veces hablan diferentes lenguajes, para entrar en vínculos necesarios y enriquecedores. Los saberes de la modalidad, en estas experiencias, incluyen la capacidad de organización y de respuesta ante las demandas del contexto, la autonomía y creatividad, y la disposición a la incorporación de nuevos aprendizajes. Los resultados son asombrosos y se reflejan en las notas de prensa y materiales audiovisuales recopilados que recuperan estas acciones a lo largo y ancho del país.

Además de la producción de elementos de primera necesidad en el sistema de salud, es de destacar también la organización de los y las estudiantes de las escuelas en la entrega de viandas alimentarias, como en todo el resto de las escuelas públicas. Aquí han jugado un papel relevante los Centros de Estudiantes de las escuelas, que reflejan la activa participación de lxs jóvenes en la vida política de las comunidades educativas. Asimismo, en algunas escuelas, se han reciclado computadoras en desuso, para facilitárselas a lxs estudiantes sin acceso a las mismas a la hora
de estudiar en sus casas. Esto también fue posible gracias a los saberes de la técnica. Así, es importante resaltar que los pibes y las pibas de las secundarias técnicas, además de estudiar, participan de experiencias institucionales significativas, se organizan para apoyar las necesidades inmediatas de sus compañerxs y aportan reflexiones necesarias sobre este contexto, así como sobre el rol de las escuelas técnicas, en su contribución a generar procesos
de mayor equidad.

Algunos recursos disponibles en la web para más información:
La ETP ante la pandemia, Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos
Aires, 6 de mayo de 2020

Material audiovisual de una Escuela Técnica de José C. Paz, sobre Monitor de Oxigeno en
sangre elaborado en la Escuela, 30 de marzo de 2020

Entrevista a Docente de escuela técnica de Río Negro sobre el rol de la modalidad ante la
pandemia, Radio Zónica, 11 de abril de 2020

Nota de presidenta de Centro de Estudiantes de escuela técnica de La Matanza, Buenos Aires,
Blog del Movimiento Socialista de los Trabajadores, 7 de abril de 2020

Programa Crónica Matinal sobre Escuelas técnicas de la provincia y el Covid-19, Canal 10 de
Córdoba

La nueva Mañana de Córdoba, 17 de abril de 2020

Servicio Informativo, Gobierno de San Juan, 9 de abril de 2020

Gobierno de Tucumán, 3 de abril de 2020

Gobierno de Chaco, 1 de abril de 2020

Diario El Sol de Entre Ríos, 2 de abril de 2020

Diario Bonaerense, 25 de marzo de 2020

Diario Todo Jujuy, 30 de marzo de 2020

Diario de Mendoza, 2 de abril de 2020

 

* Investigadora Asistente en CONICET. Programa de Estudios Sobre Juventud Educación y Trabajo del CISIDES/CONICET Las escuelas secundarias técnicas ante la pandemia