(e)laboraciones sociales

movilidad urbana / Colaboran: Docentes (IIFAP-FCS-UNC): Julia Brusa, Juan Pablo Carranza, Claudio Falavigna, Carlos Lucca, Alicia Riera y Héctor Taborda | Estudiantes (Licenciatura en Geografía-FFyH-UNC): María Gerchunoff, Tomás Agustín Moyano Reartes y Fernando Zamblera

Las pérdidas asociadas a la pandemia resultan inconmensurables en términos económicos, pero más aún en términos humanos, con miles de muertos en todo el planeta. De un momento a otro millones de personas debieron permanecer en sus hogares operándose una interrupción del escenario habitual con la paralización de la mayoría de las actividades. Con ciudades enteras libres de la usual congestión vehicular, la contaminación ambiental se redujo notablemente e incluso en algunas regiones pudo verse fauna salvaje paseando por zonas densamente pobladas. Asimismo, disminuyeron drásticamente las cifras de muertos y lesionados por accidentes de tránsito. En el marco de la tragedia reinante pudieron verse los beneficios que trae aparejado eliminar, o por lo menos reducir, el tránsito vehicular. Este escenario es temporal y de no arbitrarse medidas adecuadas, el impacto ambiental podría superar las previsiones esperadas antes de la pandemia: el temor al contagio más la recomendación de evitar el uso del transporte público podría intensificar el uso de automóviles y motocicletas, elevando la incidencia de enfermedades respiratorias entre las que se encuentra el COVID-19. Distintas fases de salida de la cuarentena están siendo gradualmente implementadas y la movilidad se está incrementando de manera progresiva. Así vemos que la mitigación del impacto climático no puede continuar postergándose y que las acciones de planificación y las inversiones que se lleven a cabo debieran alinearse con este objetivo.

La oferta de transporte masivo, base tradicional de la movilidad sustentable, se reducirá de manera drástica atendiendo a los protocolos de distanciamiento mientras que difícilmente prosperen estrategias otrora prometedoras, tales como los autos compartidos (car sharing). Entonces, ¿de qué manera podrán realizarse los viajes cotidianos a medida que crezcan los niveles de actividad? En numerosas ciudades del mundo y de la región se observan iniciativas que apuestan fuertemente por las modalidades activas de movilidad (bicicleta, caminata, e-bikes, monopatines) de modo tal que las mismas tienden a consolidarse como uno de los pilares futuros de la movilidad y como elementos de transformación del espacio público a una escala más humana.

 
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  • Reflexiones sobre la Movilidad en Córdoba
    Grupo de Investigación en Políticas de Transporte y Movilidad (GIPTM) – Instituto de Investigación y Formación en Administración Pública (IIFAP) – Facultad de Ciencias Sociales – Universidad Nacional de Córdoba